Si me hubiera dedicado a vender bolas de cristal, ¡podríamos haber hecho una fortuna!
Vaya, vaya, – quién de nosotros podría haber predicho los altibajos del mercado del acero en 2020. Con un fuerte comienzo antes de la llegada del COVID, impulsado también por un suave invierno en el Medio Oeste y por un considerable aumento del gasto de los consumidores -, nuestro mundo se puso patas arriba durante la primavera. Los cierres en fábricas de automóviles, la reducción de capacidad de las fábricas de acero y un mundo que se encontraba confinado dieron lugar a las circunstancias más impredecibles y cambiantes con las que los profesionales dedicados a las cadenas de suministro han tenido que lidiar.
Con toda la incertidumbre a la que se enfrentan las empresas, podemos imaginar fácilmente a los jefes de ventas, de finanzas y de cadenas de suministro tratando de predecir cuál será la demanda de los próximos trimestres. Sin tener muy claro cuál será la demanda en el futuro inmediato y sin la certeza de que vaya a haber una buena disponibilidad de materiales, a todos se les generan preguntas cuya respuesta es imposible de conocer.
- ¿Qué ventas habrá en el tercer trimestre?
- ¿De dónde vamos a abastecernos?
- ¿Y el precio, qué va a pasar con el precio?
Estoy seguro de que todas las estresantes horas que se dedicaron a tratar de responder a estas preguntas fueron inútiles finalmente. ¿Quién acertó de lleno? ¿Quién resolvió mínimamente esta ecuación imposible? Mi opinión es que nadie (y si lo hizo, por favor, que se ponga en contacto con nosotros, deberíamos escribir un blog sobre cómo lo consiguió). Personalmente he pasado muchas horas consultando a los mejores expertos de la industria tratando de averiguar lo que estaba pasando y tratando de hacer una predicción acertada de lo podía ocurrir más adelante, pero una vez más ha sido inútil.
Lo que aprendimos fue que el mercado ha sido mucho más resiliente de lo previsto, especialmente en los mercados de la construcción y en el mercado agrícola. Los consumidores también fueron mucho más resilientes y siguieron comprando coches y otros bienes. Mientras que el país seguía dando la sensación de avanzar con una lenta reactivación, se empezaron a ver brotes verdes de recuperación en toda la industria y se consiguieron más rápido de lo que la mayoría había previsto. El impacto que tuvieron los derechos de importación y los aranceles, unido a la enorme limitación de la capacidad del país, junto con la reducción de la disponibilidad de los productos, acabó generando unos plazos de entrega más largos y, en última instancia, llevó el precio de la inflación a niveles sin precedentes durante una recesión económica..
Así pues, nos acercamos al Día de Acción de Gracias con una nueva serie de retos que se vislumbran en el horizonte. El COVID está surgiendo en todo el país y muchos estados están aumentando rápidamente sus restricciones. En enero tomará posesión un nuevo presidente. Los precios siguen subiendo y no hay mejoras en la disponibilidad de productos que hagan más viables las importaciones. En las salas de juntas de las empresas y en cada una de las reuniones de gestión de todo el país se generan preguntas cada vez más difíciles de contestar.
- ¿Qué será lo siguiente, un confinamiento total otra vez?
- ¿Cómo abordará esta administración el problema del COVID?
- ¿Cuál será su postura respecto al comercio y los aranceles?
- ¿Incluirá el segundo paquete de ayuda un proyecto de ley de gasto en infraestructuras?
- ¿Volverán las fábricas a tener más capacidad?
Nuevamente ha llegado el momento de sacar la bola de cristal y pasar horas devanándose los sesos sobre lo que creemos que puede pasar. Pero, al igual que hemos mencionado anteriormente, es poco probable que podamos predecir todas estas variables.
¿Cómo gestionar las variables de la cadena de suministro en estos nuevos tiempos sin precedentes conocidos?
Actuando con rapidez y con confianza
Lo que podemos hacer en estos tiempos es centrarnos en el ahora, – pero con la vista puesta en el futuro. Manténgase centrado en lo que puede afectarle hoy, mañana y la semana que viene. Tome decisiones rápidas y claras basadas en los datos que tiene ahora. Esto le ahorrará horas de preocupación por las cosas que están fuera de su control y le asegurará que sigue adelante mientras los demás dudan de sus decisiones, ya que el mundo sigue cambiando rápidamente. Si tiene un pedido de un cliente, acéptelo. Si tiene material, véndalo. Si hay suministros disponibles, cómprelos. Dirija su negocio en el presente, ya que no sabemos lo que nos depara el futuro.
¿A qué nos referimos con tener la vista puesta en el futuro?
Una forma de plantearlo es que se levante cada día y tome decisiones en función de lo que tiene delante. Al final del día reflexione sobre las decisiones que ha tomado y piense en cómo esas decisiones pueden afectar a lo que ocurrirá dentro de unos trimestres. La situación futura acabará llegando muy pronto cuando lo necesite.
Los cambios inesperados y los sentimientos de volatilidad en el mundo de la cadena de suministro no son nuevos ni van a acabar pronto. Es una lucha constante por gestionar las variables, muchas de las cuales claramente no vamos a controlar. Por eso se creó Reibus: para proporcionar las herramientas para gestionar el presente, y los recursos para ayudarle a navegar en estos tiempos inciertos.